CROQUETAS DE PUCHERO


El puchero, como el cocido, es un plato de cocina popular muy completo, pues no solo alimenta, ya que lleva carne, legumbres y verduras, sino que, además, de lo sobrante salen otros platos. Uno de ellos es las croquetas, que se hacen con la carne del puchero y con el caldo para la bechamel.

Las croquetas son una masa de harina con leche o caldo, condimentada, de forma ovalada o redondeada, que se fríen rebozadas con pan rallado.


RECETA DE MIS CROQUETAS DE PUCHERO

Los ingredientes:

carne del puchero
vaso y medio del caldo del puchero
vaso y medio de leche
un vaso de harina
sal, si hiciera falta

Como provienen del puchero ya hecho, la carne y el caldo están condimentados ya y llevan grasa, por lo que no es necesario añadir aceite.
La proporción de caldo y leche puede variar al gusto, lo que se mantiene es la de harina con el líquido que lleve, sea de más o menos leche y caldo.

Hay que trocear y desmenuzar menudito la carne. Yo no lo hago con picadora, lo hago a mano y así quito los huecesillos que pueda tener.
Y, por lo mismo, el caldo debe ser colado antes de utilizarlo.

Se diluye la harina en el caldo y la leche, al fuego. Hay que remover para deshacer los grumos. Con el calor, poco a poco irá espesando, hasta que se separe de las paredes de la cacerola. Se añade entonces la carne y se remueve para mezclar. La pruebo por si le faltara condimento y la aparto del fuego.

En caliente se extiende la masa en una fuente. Hay que dejarla enfríar durante unas horas para que se ponga consistente. Y dejarla tapada con un paño o una servilleta. En invierno la dejo a temperatura ambiente; en verano, la reservo del calor en la nevera.

Para liar las croquetas, hay quien se vale de dos cucharas para darles forma. Yo utilizo solo una para coger una porción de masa y la moldeo con las manos mojadas en agua fría. Para rebozarlas, se pasan por harina fina, luego por huevo batido con un poco de agua y luego, por pan rallado, donde termino de darles la forma.

Por último, se fríen en aceite caliente.

Se pueden conservar liadas y rebozadas en el congelador. Para eso, primero hay que congelarlas dispuestas sobre una batea, separadas unas de otras, y una vez congeladas, guardarlas en una bolsa en el congelador, de donde se irán sacando para freírlas conforme se necesiten.

TEXTO Y FOTOS: DE NUESTRA TIERRA A LA COCINA.

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