Lo mismo que nos servimos en muchos platos de las patatas fritas como acompañamiento, añadimos los pimientos fritos, sobre todo durante la temporada de verano. Es un detalle que se agradece y al que solo podemos dar la importancia que tiene, imaginando lo escaso que resultaría el plato si faltaran los pimientos o las papas.
Los pimientos fritos van bien con huevos, con filetes de pollo, de cerdo y ternera, con empanados o en una fuente para ellos solos. Y en el serranito el pimiento frito es un ingrediente del mismo valor esencial en el plato que el jamón serrano.
El mejor para freír es el pimiento italiano, que es el nombre de la variedad, aunque proceda de cualquier huerto del Sur de España. Es un pimiento de forma alargada, de color verde y de carne sustanciosa.
LA RECETA DE LOS PIMIENTOS FRITOS
Los ingredientes:
pimientos
sal gruesa
aceite
pimientos
sal gruesa
aceite
La forma de hacerlo no puede ser más sencilla.
Se pueden freír enteros, con sus semillas dentro, o sin ellas.
Si se le quitan, así es como los hago yo, se cortan por arriba, cerca del rabo, y con la punta de un cuchillito se le saca la cabeza. Se sacuden para que salgan todas las semillas y se les echa dentro unos granos de sal gruesa.
No queda más que freírlos en aceite caliente. A la mitad se les da la vuelta.
Hay a quien les gusta muy fritos y arrugados, y a quien le gusta más enteros, sin que pierdan del todo su color verde. Si están abiertos, al sacarlos del perol, se ponen un momento cabeza abajo para que suelten el aceite que lleven dentro.
Y ahí los tienes listos ya para acompañar el plato.
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