REPOSTERÍA MONACAL: MÁS QUE UN DULCE REGALO

     Solemos decir que la mejores manos en repostería tradicional son las de nuestras abuelas, que conocen de antiguo las recetas, pues las han trabajado a lo largo de su vida y con ellas hicieron disfrutar a hijos y nietos. Pero en ese mundillo propio donde se cocina por amor, solo las monjas de los conventos, dedicadas a sus obradores, superan a esas habilidosas abuelas.

 

Es el suyo un quehacer hermoso, pues no solo preservan las recetas tradicionales de nuestra repostería, sino que, además, en un siglo en que la sociedad anima a la mujer a salir al exterior y valora a la que posterga las labores de la cocina y de la casa, las monjas de los conventos, como las abuelas, eligen libremente dignificar el día a día en obradores y cocinas con el fin de llevar sus delicias a la mesa de los demás.

Por su elección, las monjas de clausura viven en un ámbito recoleto donde el tiempo carece de valor, donde la prisa no existe. En sus monasterios y conventos, de laudes a completas, han conjugado desde antaño oración y trabajo manual. Ya fuera en bordados como en repostería, su trabajo artesanal es primoroso y exquisito. 

Será eso lo que explique que sean tan conocidas unas religiosas a las que nadie ve, como son apreciados sus productos, sin ser ofrecidos tras luminosos escaparates, sino tras el Ave María Purísima en el giro de un torno.

  
Pero ni el bordado ni el obrador consituyen la tarea primera de estas monjas laboriosas, pues su trabajo, en el sentido que entendemos el ejercicio de la vocación, es la contemplación de Dios y la oración. Sin embargo, necesitan unos ingresos para subsistir y para ayudar a quien carece de lo necesario. Y para ello realizan esas y otras labores artesanales.

Por desgracia, en los acontecimientos que vivimos se ha visto reducido el número de visitas al torno de los conventos para comprar tan buenos dulces. Y así también impide la pandemia la Muestra de Dulces de los Conventos, que desde hace más de treinta años realizaba un grupo de voluntarias sevillanas, primero en el Palacio Arzobispal y años más tarde en los Reales Alcázares, coincidiendo con el día de La Inmaculada, en una actividad desinteresada que ha pasado de madres a hijas.
 

¡Y están tan buenos los dulces de los conventos! ¡Y son tan de nuestra tierra! Esos mazapanes, polvorones, piñonadas, tocinillos, tortas de aceite, y las yemas de San Leandro, las tortas de Alcalá de las clarisas, la torta real de las dominicas, las mermeladas de Santa Paula, las sultanas, los roscos de vino, los pestiños, las magdalenas, las perrunillas... ¡qué maravilla!



¿No dan ganas de regalarlos a los que más queremos? ¿Y por qué no compartirlos también con nuestros conocidos para que lleven estas delicias a su mesa? Es más que un dulce regalo porque con ello ayudamos a las monjas de los conventos y mantenemos la tradición de esta repostería antigua.
 

      Si además de comprar dulces, lo que se busca es ayudar a las monjas, lo mejor es pedir o comprar los dulces en los mismos conventos, pues el pago que se hace por tan deliciosos productos, es íntegro para su obrador.
 Para ello, algunos conventos cuentan con una página web donde se pueden comprar sus dulces.

   
 Desde los siguientes enlaces se accede directamente a estos conventos de Sevilla:

    amarguillos, galletas, mazapán, roscos de vino, sultanas, torta real, tortas de aceite...
    mermeladas de muchas frutas, cremas, frutas en almíbar...
    cortadillos, piñonadas, bizcocho, pastas de almendra, mermelada de naranja agria...
    miel con nueces, castañas en almíbar, higos en almíbar, pestiños, yemas...
    yemas, frutas de mazapán, dulce de membrillo...
    roscas morunas, tortas de almendra, frutitas, bolitas de cabello de ángel...
    tocinillos de cielo, cuajada de almendras...
tortas, pastas, palmeras, roscos de aceite, yemas, bombones de mazapán...
 
     
 
Los dulces de otros conventos se adquieren en su torno o, si no es posible desplazarse, pedirlos a través del grupo de voluntarios DULCES DE LOS CONVENTOS DE CLAUSURA o de tiendas on line.
 
    CONVENTO DE SANTA INÉS Sevilla - Tfno. 34 954 22 31 45
    bollitos, pastas, tortas de polvorón, magdalenas, empanadillas...
    CONVENTO DE SANTA ANA Sevilla - Tfno. 34 954 38 06 03
    perrunillas, empanadillas, magdalenas, roscos fritos...
    CONVENTO SANTA MARÍA DE JESÚS Sevilla - Tfno. 34 954 22 80 66
    perrunillas, pestiños, mazapán, turrón, dátiles de chocolate, sultanas...
    CONVENTO DE SAN LEANDRO Sevilla - Tfno. 34 954 22 41 95
    yemas, pestiños, magdalenas...
    CONVENTO DE SANTA CLARA Alcalá de Guadaira - Tfno. 34 955 68 42 64
    tortas de Alcalá, cordiales, yemas, pastas de chocolate, bolitas de piñones...
    CONVENTO DE LA ENCARNACIÓN Osuna - Tfno. 34 954 81 11 21
    tortas, yemas de almendra, bolitas de coco...
    CONVENTO MADRE DE DIOS DE LA PIEDAD Sevilla - Tfno. 34 954 21 78 22
    naranjitos, bocaditos árabes, yemas de batata, perrunillas... 
    CONVENTO DE LA PURÍSIMA CONCEPCIÓN Osuna - Tfno. 34 954 81 04 25
    bizcochos marroquíes, roscos fritos...
 
Todos los conventos utilizan materia prima de primera calidad y tienen registro sanitario.
 
TEXTO: Lola Esquivias para DE NUESTRA TIERRA A LA COCINA
FOTOS de publicaciones de: Dulces de los Conventos de Clausura y Antonio del Junco, Monasterio de Santa María la Real, Convento de Santa Clara de Morón, Convento de Santa Clara de Alcalá de Guadaira, Archidiócesis de Sevilla.

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